No todos necesitan el mismo producto: niños, hombres y mujeres tienen necesidades distintas.
Lava el cabello con agua tibia para no resecar el cuero cabelludo ni eliminar los aceites naturales.
El calor constante puede dañar el cabello; usa protector térmico y deja que se seque al aire cuando puedas.
Utiliza cepillos de cerdas suaves y desenreda comenzando por las puntas.
Aplica mascarillas o tratamientos naturales para mantener el cabello suave y saludable.
Un pequeño recorte cada 6–8 semanas evita el quiebre y da más vida al cabello.
En paseos familiares, usa sombrero o protector capilar para evitar la resequedad.
Una dieta rica en frutas, verduras y agua favorece un cabello más fuerte y brillante.
Elige marcas confiables y formulaciones suaves, especialmente para los niños.
Un momento juntos de cuidado y bienestar también fortalece los lazos en casa.